Nada mejor para nuestro bienestar que un sueño profundo y reparador con el que prepararnos para afrontar la nueva jornada. Conseguirlo dependerá de diversos factores, pero uno de ellos es sin duda la calidad de tu colchón. Elegirlo de entre las muchas opciones disponibles en el mercado puede no ser tarea fácil. Cada usuario tiene un especial concepto de cuáles deben ser las virtudes de un buen soporte para el sueño. Se trata de una cuestión muy subjetiva que debemos abordar con información para acertar a la hora de la compra. Subrayamos que a la hora de comprar es fundamental poder probar y tumbarse en el colchón durante unos diez minutos para comprobar el confort del colchón.
Lo primero para elegir bien será saber cuándo se recomienda cambiar el colchón, o sea, cuál es su vida útil durante la cual sus propiedades están intactas. Las asociaciones de fabricantes indican que la vida optima de este elemento son diez años. A partir de hoy todo pueden ser pesadillas, aunque hay que estar atentos, pues algunos de ellos pueden mostrar símbolos de caducidad antes de ese fin de ciclo, como un hundimiento prematuro. No solo el colchón cambia con el tiempo, también el usuario, sus características físicas y sus preferencias, por lo que el cambio puede anticiparse si el modelo inicial ya no cumple las expectativas.
Una vez tenemos claro que el cambio es necesario, habrá que saber qué tipo de colchones podemos encontrar en el mercado y por cuál inclinarnos, o en cual tumbarnos. Para ello debemos examinar sus materiales y las propiedades que éstos nos proporcionan a la hora de ponernos a soñar.
- Colchón viscoelástico: este soporte otorga firmeza al colchón, aunque se suele utilizar en combinación con espumas HR, siendo el material más adaptable. La viscoelástica reacciona al calor corporal y reduce los puntos de presión sobre el cuerpo del durmiente.
- Colchón de espuma: su núcleo lo conforma un bloque de espuma que lo convierte en una superficie muy adaptable, que puede presentar diferentes tipos de confort y variedad de tejidos acolchados al núcleo.
- Colchón de muelles: cada muelle está encapsulado de manera independiente, proporcionando libertad de movimientos, ideales cuando se trata de compartirlo. Mas aún si entre ambas personas hay diferencia de peso, siendo una opción adaptable y transpirable.
- Colchón de muelle Bonell: el más clásico y transpirable, ya que juega con las capas de confort de diferentes materiales.
Colchón de látex: este material se obtiene de la resina de una variedad de árbol tropical o de material sintético, siendo natural e hipoalergénico. Se recomienda para somieres articulados, proporcionando al contorno del cuerpo un soporte más firme que la viscoelástica.