No hace falta que nos demuestren con estudios los beneficios de dormir bien o los inconvenientes de no poder conciliar el sueño. Si bien, no siempre conseguimos ese reparador descanso imprescindible para el organismo. Una de las razones que afectan a cómo dormimos es la temperatura, que no debe ser ni demasiado elevada ni demasiado bajo. Entonces ¿cuál es la temperatura adecuada para dormir?
Antes de entrar en detalle ¿sabías que una persona comienza a padecer delirios tras 48 horas de privación del sueño? Este dato es ilustrativo de la importancia radical que tiene el descanso vespertino en nuestra vida. Un descanso que ayuda al cerebro a organizar lo aprendido durante el día, por ejemplo. De ahí, el dicho de “consultar con la almohada”. Pero el sueño también nos ayuda a prevenir el estrés. Y la falta de descanso nocturno se puede establecer como una de las causas del aumento de sueño.
Visto que es necesario dormir y dormir bien, nos podemos centrar en qué temperatura es la más adecuada para conciliar el sueño. En realidad no se debe hablar de un número específico en la escala de grados Celsius para establecer la temperatura a la que el sueño es más confortable, sino que depende de varios factores ambientales y orgánicos:

Si damos por buena una temperatura corporal de 36 ºC (hay personas en las que fluctúa una grado más o menos) se puede establecer como la temperatura máxima en el ambiente en 22 ºC. A partir de este límite el organismo comienza a poner en marcha mecanismos de refrigeración propios, como el sudor, lo que puede hacer que nos despertemos durante la noche. Este nivel de temperatura se alcanza fácilmente en la región sur peninsular, especialmente en el centro, en provincias como Córdoba, Sevilla y Jaén. Mientras que es menos habitual en las provincias costeras gracias al efecto del viento de “virazón”.
El límite inferior de la temperatura ambiente que contribuye al descanso durante el sueño se establece en 19 ºC. Por debajo de esta temperatura el cuerpo activa los mecanismos que le aportan calor, por lo que también puede desvelarnos del sueño e impedir disfrutar de un buen colchón. No obstante, si tuviéramos la opción de optar, es preferible una temperatura más baja que una más elevada, disponiendo a los pies de la cama de alguna ropa de cama de abrigo que nos proporcione un cálido sueño durante la noche.

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